La Turba Amenazadora

RELATOS CORTOSLA TURBA AMENAZADORA

La Turba Amenazadora – Serie Relatos cortos – Copyright © Montserrat Valls y Juan Genovés

José estaba justo al lado de la cama, preparado para acostarse. Se sentía inquieto, tenía la extraña sensación de que algún peligro le acechaba.

De pronto, cuando apagó la luz del techo y solo la humilde luz de la lámpara de la mesita de noche libraba la estancia de la penumbra, le pareció ver algo a través de la cortina. Fue consciente en aquel momento de que había olvidado bajar la persiana.

Contuvo la respiración y se acercó a la ventana… un poco antes de llegar a ella, lo vio con claridad. Una masa de gente enfurecida, blandían sus manos hacia el cielo con enorme violencia. El sonido que emitían era más fuerte, a medida que se acercaban a la casa.

Se alejó con rapidez de la ventana y se acurrucó en el suelo en el lado de la cama opuesto a la ventana. Con su mano, tratando de hacerlo con el mayor sigilo, pulsó el interruptor de la lámpara y dejo a oscuras la habitación. Con suerte pensarían que no había nadie en casa.

La turba amenazadora
La turba amenazadora – Foto de Richard Loader on Unsplash

El ruido seguía siendo intenso y las manos seguían moviéndose con agresividad. José estaba aterrado… no se atrevía a moverse de allí. Ni tampoco quería poner en peligro a su familia y, finalmente, decidió ocultarse bajo la cama…

Le resultaba imposible comprender que había hecho para que esa turba exaltada, quisiera agredirle… Pasó mucho tiempo y el sueño le venció… las pesadillas, aunque agitaban su cuerpo con espasmos y respiración entrecortada, no conseguían despertarle… solo lograba emitir lúgubres sonidos de inquietud.

De pronto la estancia se ilumina y José despierta de golpe sobresaltado y al tratar de erguirse y se da de bruces contra el somier… intenta ahogar un gemido de dolor, pero no lo consigue… Entonces suena una voz…

—Pero José, ¿qué haces debajo de la cama? ¡Sal de ahí y no hagas el tonto! ¡Llegarás tarde al colegio…!

El chaval no entiende nada… sigue oyendo el griterío y su madre ni se inmuta… sale de debajo de la cama disimulando, y con la seguridad de que su madre está allí, se acerca a la ventana y descorre con precaución la cortina… No hay nadie, pero el ulular del griterío continúa…

—Vístete y abrígate un poco, que está haciendo mucho viento desde ayer por la noche…

El niño observa mejor y percibe que el griterío corresponde a las ráfagas del viento azotando las pocas hojas que quedan en las ramas de los árboles, que lindan con la casa… Ramas que se balancean vertiginosamente aceleradas, siguiendo la cadencia de las rachas del vendaval y que junto con las hojas, parecen manos clamando al cielo con desesperación… Por fin sonríe aliviado…

La Turba Amenzadora – Serie relatos cortos – Copyright © Montserrat Valls y Juan Genovés

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