Necesidad

RELATO CORTO NECESIDAD

NECESIDAD

La escasa iluminación rasgaba con dificultad la oscuridad de aquella noche sin luna.

Era poco más de la 1, pero en aquella fría noche solo una silueta se deslizaba entre las sombras. A pesar de moverse con rapidez, el paso parecía extraño.

Aquel individuo, tenía el rostro desencajado. Andaba algo encorvado, pero se apreciaba tensión en su cuerpo.

Su mirada desesperada trataba de localizar algún local abierto, tal vez un bar o un restaurante donde pudieran ayudarle.

A medida que avanzaba su aparente desesperación iba en aumento… En su cabeza se arremolinaban las más sombrías previsiones. Faltaba aún cruzar unas diez calles para llegar a su casa y tenía serias dudas de conseguir llegar.

NECESIDAD - ©MONTSERRAT VALLS Y ©JUAN GENOVÉS
NECESIDAD – ©MONTSERRAT VALLS Y ©JUAN GENOVÉS. IMAGEN: ©DMYTRO KORMYLETS EN PEXELS

Solo la oscuridad de la noche impedía ver la palidez de aquel rostro…

Sus ojos entornados seguían escrutando amargamente la calle en busca de esta ayuda que le resultaba cada vez más imprescindible, pero solo la oscuridad le respondía.

Seguía avanzando con desespero, cuando vio un coche detenerse a unos cien metros de donde estaba… Trató de acelerar su paso, tal vez pudieran ayudarle.

La rigidez con la que tenía que andar le impidió llegar a tiempo y justo cuando veía la salvación a su alcance el vehículo emprendió nuevamente su camino.

Las lágrimas trataron de asomarse a sus ojos, pero no podía detenerse… solo faltaban ya cuatro calles para su casa… tal vez lo consiguiera…

La desesperación se apoderaba de él cada vez más. Era consciente de que no podría aguantar mucho tiempo. Sentía que estaba a punto de colapsar.

Por fin entre la penumbra vislumbró el portal de su casa. Con un esfuerzo sobrehumano consiguió llegar… Su mano temblaba de manera ostensible mientras trataba de introducir la llave en la cerradura de la escalera… Por fin logró abrir.

Con premura se dirigió al ascensor entró y pulso el botón del tercer piso. Sus piernas ya casi no le obedecían, pero se esforzó en buscar y tener a punto la llave de su casa… Salió del ascensor y con gran esfuerzo logro abrir la puerta al segundo intento.

Sin encender la luz, empujó la puerta esperando que se cerrara correctamente y se deslizó por el largo pasillo. Se iba desabrochando la ropa… esperaba llegar a tiempo.

Abrió raudo una puerta y ya casi sin tiempo logró sentarse…

Una bestial pedorreta rompió la paz de la noche y a borbotones salió todo aquello que le estaba atenazando el vientre… Solo entonces pudo emitir un suspiro de alivio y placer…

Necesidad – Serie Relatos Cortos – Copyright ©Montserrat Valls y ©Juan Genovés

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