¡Despierta! ¡Esto es la vida real!

RELATO CORTO ¡DESPIERTA! ¡ESTO ES LA VIDA REAL!

¡DESPIERTA! ¡ESTO ES LA VIDA REAL!

Pól se sentía absolutamente frustrado. Tenía 19 años y aún no había logrado hacerse millonario.

No cesaba de mirar informaciones sobre la gran vida que llevaban algunos influencers, youtubers, tiktokers y además haciendo lo que les gustaba y él, a pesar de haberlo probado en todas las redes que se le habían ocurrido, no conseguía el añorado éxito.

Estaba tan sumamente defraudado que incluso había pensado en el suicidio, ya que no veía ninguna salida para su futuro.

Sus padres no dejaban de decirle que se esforzara más en sus estudios o si lo prefería buscando un trabajo y que se dejara de chorradas de enriquecerse sin pegar un palo al agua. Eso aún aumentaba más su resentimiento con la vida.

¡DESPIERTA! ¡ESTO ES LA VIDA REAL! - ©MONTSERRAT VALLS Y ©JUAN GENOVÉS. IMAGEN DE ©KEVIN JINER EN UNSPLASH
¡DESPIERTA! ¡ESTO ES LA VIDA REAL! – ©MONTSERRAT VALLS Y ©JUAN GENOVÉS. IMAGEN DE ©KEVIN JINER EN UNSPLASH

Llegó a la conclusión de que la vida le negaba lo que por derecho le pertenecía y eso le hizo estar aún más seguro de su decisión. Le daría una semana de tiempo a la vida para que lo tratara con justicia o se suicidaría.

Maquinó diferentes maneras de hacerlo y decidió que la mejor de todas, viviendo como vivía en Doolin, sería tirarse al mar desde los acantilados de Moher. Al menos vería algo hermosos en su despedida.

Absolutamente deprimido, por la noche se acostó. Le costó mucho conciliar el sueño, aunque finalmente lo consiguió. Su sueño fue profundo y durante el mismo sintió la sensación de sentirse transportado a otro lugar…

Se despertó sobresaltado por una fuerte explosión. Abrió sus ojos de par en par y se vio rodeado de destrucción. Edificios derruidos, personas muertas a su alrededor. Miró sus manos y vio que el color de su piel ya no era blanco y con pecas, su cabello ya no era rojizo…

No sabia donde estaba. Todo era distinto… de pronto una voz le sacó de su ensimismamiento: —Dawud, corre que los israelitas nos están bombardeando… No sabía que pasaba, había despertado en Gaza, ya no estaba en Irlanda y aquel hombre, que parecía su padre le instaba a correr.

Le siguió sin saber porque, pero el miedo le azuzó a hacerlo. Minutos después están en un sótano aparentemente más seguro. Pól ahora Dawud dijo: —Tengo hambre…

—Es normal —le respondió aquel que parecía ser su padre. —Llevamos varios días sin apenas probar bocado.

El miedo y las lágrimas atenazaban el corazón del muchacho, cuando otra gran explosión sacudió aquel sótano. Acto seguido una voz familiar le gritó cerca de su oído: —¡Despierta! ¡Levántate de una vez! ¡A ver si haces algo bueno con tu vida!

Abrió sus ojos y por primera vez en mucho tiempo sonrió a su madre y le dijo: —Te quiero mamá. Puso sus pies en el suelo y con diligencia se arregló para irse a cursar sus estudios. Está vez sí, con ganas y dejándose de gilipolleces.

¡Despierta! ¡Esto es la vida real! – Serie Relatos Cortos – Copyright ©Montserrat Valls y ©Juan Genovés

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