Fragmento de Rabasketa – Cuentos de Animales para Leer a los Peques

Fragmento Promocional de Rabasketa – Cuentos de Animales para Leer a los Peques

CUENTOS "RABASKETA"
CUENTOS «RABASKETA» – GÉNERO: CUENTOS INFANTILES

Lee el fragmento de Rabasketa – Cuentos de Animales para Leerles a los Peques, veinte cuentos para leerles a los peques. Nueve de ellos son historias en las que se explican las aventuras de Alicia, en las que de manera amena, se explican las costumbres de animales salvajes. Otras nueve, son fábulas donde los animales actúan como humanos dónde se aprovechan las historias, para transmitir valores a los niñas. Por último, en las dos restantes historias, los protagonistas son utensilios y objetos habituales, que explican sus peripecias.

FRAGMENTO DE RABASKETA – CUENTOS DE ANIMALES PARA LEER A LOS PEQUES

AUTORES:

Montserrat Valls Giner y Juan Genovés Timoner

FRAGMENTO DE RABASKETA – CUENTOS DE ANIMALES PARA LEER A LOS PEQUES

RABASKETA - CUENTOS DE ANIMALES PARA LEER A LOS PEQUES

CUENTOS DE ANIMALES PARA LEER A LOS PEQUES

Montserrat Valls Giner y Juan Genovés Timoner

Texto: 2012 Montserrat Valls Giner y Juan Genovés Timoner

Ilustraciones: 2012 Montserrat Valls Giner y Juan Genovés Timoner

Todos los derechos reservados

Para esas personas que venían a arroparnos por la noche cuando éramos pequeños y a inundarnos de hadas y brujas: Nuestros padres

ÍNDICE

PRÓLOGO

CUENTO PRIMERO – SERIE ALICIA Y… – ALICIA Y BRUJITA – CON “P” DE PERRO

Y 19 cuentos más…

PRÓLOGO

CUENTOS "RABASKETA"
CUENTOS «RABASKETA» – GÉNERO: CUENTOS INFANTILES

RABASKETA, es un conjunto de cuentos infantiles, pensados fundamentalmente para distraer y divertir a los niños de entre 2 y 6 años, procurando al mismo tiempo transmitirles valores y conocimientos.
Estos cuentos, pretenden ser también una herramienta donde los padres encontrarán unas historias amenas, de fácil lectura, que les permitirá contar una historia instructiva y aleccionadora.
Para conseguir este objetivo de divertir e instruir, se han elaborado dos grupos de cuentos, uno en el que la protagonista, una niña de seis años llamada Alicia, a lo largo de nueve cuentos, relata sus experiencias con diversos animales y explica de manera sencilla y con humor costumbres de los mismos, dando a conocer parajes y usanzas de África.
A cada uno de los animales, que protagonizan las historias de Alicia, el nombre que se les ha dado, es el de su raza en idioma suajili, utilizado en diversas partes de África, entre las que destacan Kenia y Tanzania. Por ejemplo, en Alicia y el león, éste se llama Simba, que significa león y que tiene además un sobrenombre, Hatari, que significa peligro en el mencionado idioma.
El otro grupo, también de nueve historias, es un conjunto de fábulas, donde a través de las actuaciones de animales, se trasmite a los pequeños, los valores más básicos de convivencia, armonía y bondad, siendo al mismo tiempo historias emotivas y divertidas. Para ello a estos personajes, se les han dado nombres humanos, consiguiéndose así, que el pequeño los vea más cercanos y por ende, que sus actitudes le parezcan más fáciles de emular.
Por último y a modo de presentación, incluimos dos cuentos de la serie “Las Cosas que Veo”, que estamos preparando y donde los protagonistas son objetos cotidianos, que ven los niños, pero que son para niños algo mayores de seis años o incluso para los padres y abuelos.
Confiamos sinceramente en que, en este libro, encontréis un aliado eficaz para la formación de vuestros hijos y que os sirva también como base de inspiración para crear vuestras propias historias.

CUENTO 1
SERIE ALICIA Y…
ALICIA Y BRUJITA – CON “P” DE PERRO

ALICIA Y BRUJITA - CON "P" DE PERRO
CUENTOS RABASKETA

Érase una vez una niña de cinco años, muy bonita, con una larga cola de pelo rubio y ojos azules.
—Hola. Soy Alicia, vivo con mis papás y tengo una perrita westy, esas que son blancas y pequeñitas. De nombre le puse “Brujita”. Es muy divertida y juguetona. A mí, lo que más me gusta son los animales. Esta que se acerca es “Brujita”. ¡Hola “Brujita!, ¿sabes lo que me han regalado papá y mamá para mi “cumple”?
—No Alicia. ¿Qué te han regalado?
—Un viaje a Kenia, para que vea muchos, muchos animales.
—Y, ¿yo podré ir?
—No, no dejan ir a perritos. Te podrían comer.
—¿Y con quién me quedaré?
—Con la abuelita.
—¡Bien!… ¿Sabes Alicia? Un día la abuelita me contó una historia. Me dijo, que hace muchos, muchísimos años, los perritos éramos salvajes y vivíamos en las montañas y en las selvas y no conocíamos al hombre.
—Y, ¿qué pasó?
—Pues en una noche muy fría, muy fría, una loba y su hijito, Pequeño Lobito, temblaban y no encontraban comida. Mamá loba, entonces, vio una luz a lo lejos.
—¿Y qué había?
—¡Espera Alicia, no quieras correr tanto! La loba se acercó despacito y sin hacer ruido al lugar de donde venía la luz. Era una cueva con un fuego encendido dentro, olía a comida. Un hombre la estaba preparando.
—¿Y el hombre la vio?
—Sí. Y los dos se asustaron mucho. Pero el hombre, viendo a lobito que era un bebé, se sentó y dejó que la loba y lobito, poco a poco, muy poco a poco, se fueran acercando al fuego y después les acercó algo de comida.
—¿Y qué comieron?
—Filete a la parrilla.
—¿Y después?
—Todos se durmieron, muy apretaditos, dándose calor. Mientras estaban durmiendo, una serpiente mala, entró en la cueva para hacer daño al hombre. La loba la oyó y se lanzó contra ella y la serpiente se fue, tan deprisa como pudo. El hombre, que se había despertado, viendo lo que había pasado, acunó a lobito y la loba le sonrió.
—Entonces, desde aquel día, ¿los perros y las personas somos amiguitos?
—No Alicia, desde aquel día no. Los lobos aún ahora, prefieren la libertad a vivir con vosotros, pero nosotros, los perritos, que venimos de ellos, preferimos vuestra amistad.
—Y ¿cómo de un lobo ha salido una perrita pequeñita y blanca como tú?
—¡Ay Alicia! Esto no lo saben ni los mayores.
De pronto, “Brujita”, se queda mirando la puerta y entonces la abuelita Samanta entra y “Brujita” se tira a sus brazos.
Ahora sé, que me puedo marchar tranquila. En Kenia hablaré con muchos otros animalitos, que me contarán sus historias. Eso sí, tendré que ir con cuidado, papá y mamá no deben enterase de que puedo hablar con los animales. Son mayores y no lo entenderían.

CUENTO 2
SERIE FÁBULAS – CON “R” DE RINOCERONTE
EL RINOCERONTE QUE DABA HELADOS DE COLORES

CON “R” DE RINOCERONTE - EL RINOCERONTE
CUENTOS RABASKETA

En una calle cerca de donde vives hay un rinoceronte, que cada mañana, lleva un camión lleno de helados de colores verdes, naranjas, rojos y amarillos.
No puedes ver al rinoceronte Casildo, porque sale muy temprano, antes de que pongan las calles para los niños.
Hoy, mientras tú estás durmiendo la rinoceronta Vilma se acerca al camión de helados; le gustan los verdes y Casildo siempre se da cuenta que son igual de verdes que los ojos y las pestañas de Vilma.
—Hola Vilma ¿quieres un helado verde?
—No, hoy lo querré amarillo.
—Vale. ¿Quieres que cuando termine mi ronda vayamos a dar un paseo?
—No me atrevo, porque a esas horas ya salen los niños y nos pueden ver.
—¿Pues sabes qué?
—Dime.
—Mañana vendré más pronto, y así tendremos tiempo de pasear.
—Bien, hasta mañana.
Al día siguiente la rinoceronta Vilma esperó, pero no apareció. Ella también estaba enamorada de Casildo, pero nunca le había dicho nada.
Cuatro calles más arriba el rinoceronte había caído enfermo, y tuvo que guardar cama durante quince días.
Vilma fue cada día al camión de los helados de colores, pero Casildo seguía sin venir.
Entonces, un día cayó una tormenta muy fuerte, y apareció otro rinoceronte llamado Vladimir.
—¡Hola guapa! ¿qué haces aquí tan solita?
—Nada, espero al camión de los helados.
—¡Ah, ese camión no pasará más! Casildo se ha ido con una rinoceronta muy guapa y no volverá.
—¡Eso es mentira!
—¿Tenía helados verdes como tus ojos verdad?
—Sí ¿por qué?
—Porque ahora ha hecho helados azules, como los ojos de su novia Rosita.
—¡Será caradura!, anda, Vladimir, vayamos a dar una vuelta.

Semanas después Casildo volvió con sus helados verdes. Buscó, y buscó, pero no encontraba a su amada, y lo peor de todo no había podido decirle que la quería.
Casildo estaba triste, sus lágrimas caían encima de los helados, y debido a ello se transformaron en helados azules.
Entonces una rinoceronta llamada Rosa se acercó a su camión.
—¡Hola! ¿Por qué estás llorando?
—Porque los helados ya no serán verdes.
—¡Y qué!, la vida hay que tomarla como viene.
Casildo la miró a los ojos y dejó de llorar, porque se dio cuenta de que Rosa tenía los ojos azules más bonitos del mundo.
Con el tiempo tuvieron rinocerontitos, que comían helados violetas.
Un día, Vilma, la rinoceronta, vio a toda la familia. Y entonces, la que lloró fue ella, porque no había sabido tener paciencia y esperar. Se fio de lo que le decía un desconocido.
El próximo día, despertaros muy prontito y, tal vez, podréis ver a los rinocerontitos.

…/…

Final del fragmento gratuito

Comprar Edición Tapa Blanda
Comprar Edición Ebook