OSCURIDAD
RELATO CORTO OSCURIDAD
Esta noche, sin luna, la oscuridad había erigido su feudo en la sinuosa carretera que, no se sometía al esfuerzo de Fernando… todo lo contrario, la luz de sus faros, a él, se le antojaba insuficiente… Mirar al final del haz de luz, culpa del atavismo que le provocaba, le había hecho entrecerrar sus ojos varias veces. Se sentía inseguro y agotado, pero no encontraba un lugar seguro donde descansar, tal vez dormir durante un rato…
De pronto, sus ojos entornados, salieron de su letargo y una sorprendente imagen se hizo nítida; una imagen frente a ellos… Los frotó tratando de estar seguro de lo que veía. Una mujer, de cierta edad y pelo cano, alzaba su mano pidiéndole que se detuviera.
Sonrió confundido; era demasiado mayor para ser la chica de la curva… Paró el coche y la mujer, con muestras evidentes de tener frío, subió al compartimento trasero. Él se extrañó, pensaba que se sentaría a su lado y le haría compañía…
Pasados un par de kilómetros sonó la voz de la mujer, tremendamente familiar; le recordó la voz de su abuela, que había muerto hacía ya cinco años…
La voz dijo: Fernando, sal ahora por esta carretera a tu derecha o mañana estarás para siempre conmigo…
Fernando, frenó en seco y volvió su vista hacia atrás… Allí no había nadie, seguro que sin querer se había dormido… Sonrió y, más despejado, decidió seguir. Entonces, justo entonces, a su derecha se mostró una carretera vecinal… Fernando dudó, pero decidió tomarla… A los pocos minutos encontró un hotel y detuvo el vehículo, un rato después yacía en brazos de Morfeo…
Al día siguiente, al levantarse e ir a pagar el hotel, el conserje le dijo… Siga por esta carretera, no vuelva por la general. Poco después de llegar usted ayer, se produjo un accidente con varios vehículos implicados y seis muertos… Aún la están despejando. A Fernando le pareció ver, transparente, por encima del empleado, el rostro afable de su abuela, que le saludaba con su mano, mientras sonreía…
Oscuridad – Serie relatos cortos – Copyright © Montserrat Valls y Juan Genovés